viernes, marzo 27, 2009

El Camino Vegetariano: Breve Introducción





El no comer carnes, de todo animal, no es una dieta para bajar de kilogramos, o prevenir el colesterol, o en su defecto, hacer de la vida, una vida liviana, alimentariamente hablando.

 

En verdad, personalmente, prefiero hablar del Camino Vegetariano, más que de un Vegetarianismo, ya que esta última, me sucede problemas de filología. El Vegetarianismo se acerca más al dogma, a la visión sesgada, y a la estructura alimentaria. Esto no es para nada una crítica abierta, porque no lo pretendo. Más bien, es mi tendencia existencial de no aceptar los dogmas, ya que oprimen la libertad del ser humano.  

 

Por mi parte postulo el Camino Vegetariano. Una nueva mirada de ver la alimentación, y de comprender el mundo. El Camino Vegetariano, es la práctica de incorporar una conciencia de lo que se come. Esto, no es una paranoia sobre calorías e hidratos de carbono, todo lo contrario, sino más bien, ser conscientes, de qué manera, lo que consumo aporta a mi ser interior, a la salud nutritiva y metabólica del cuerpo, y por sobre todas las cosas, cómo mi alimentación contribuye a la fraternidad universal de todos los seres sintientes.

 

Desde acá entonces incorporamos una nueva visión de mi existencia en este mundo y en este tiempo: los animales son otros, son seres que sienten, conviven, y forman parte del mundo. El animal no es un mero objeto animado que no posee identificación con el ecosistema, todo lo contrario, es un hermano, un ser que tiene derecho a la vida y la dignidad, porque son dadores de vida, porque son parte de una imbricada cadena de ciclos naturales de la que también formamos parte. Nuestra razón multiplicada no nos hace dueños del mundo, sino que a lo sumo, constructores progresivos de civilización, y de observadores y protagonistas de la evolución.

 

El Camino Vegetariano, busca incorporar el pacifismo activo, a partir de la mesa, del plato de comida. Ensalza el valor de no matar por sobre todas las cosas. Siente compasión por los animales, se siente impelido a proteger las cadenas del ecosistema y su armonía suprema, e influye en todos los sectores sociales para lograr un Camino cada vez más amplio. No obstante, quien practica el Camino, no es un ermitaño, es decir, si por motivos sociales o familiares, debe compartir el sacrificio animal, pide perdón en silencio, se compenetra con el dolor animal de la tortura del matadero, siente compasión, come consciente de lo que hace. En algún momento el discurso del Vegetariano, debe incorporarse en la mesa.

 

Muchos hemos escuchado hablar de que el Cuerpo Humano es el Templo Interior. Creo que es una enunciación pura y hermosa que retrata el cómo debemos tratar nuestro ser. Con amor, como condición de no dañar nuestro cuerpo. Con observancia, para prestarle atención a las señales diarias que sentimos, como un lenguaje primario. Con sabiduría, ya que es el templo el que debemos ensalzar y respetar. Es por todo esto, que el comer conscientes nos ayuda enormemente a cultivar el templo interior del cuerpo humano. No ingerir carnes que han sido torturadas, y por ende cargadas con energías y vibraciones negativas, nos previene de las intoxicaciones. Al mismo tiempo compartimos la visión espiritual de la solidaridad templaria, como la he nombrado. Es decir, respetamos el templo interior de todos los humanos, y todos los animales por igual, ya que la consideramos parte de una labor universal.

 

Asimismo, si deseamos practicar la vía de la compasión, es decir la práctica de fundar una vida que acabe con el sufrimiento humano propio y de los demás, esta, es impracticable si pretendemos dejarnos llevar por el placer fundamentado en la muerte y sufrimiento de otro. Esta fundamental visión de las cosas, es uno de los  pilares del Camino Vegetariano.

 

Esto, debe involucrarse a partir de medidas regulares de expulsión de la carne en la dieta, en procesos graduales, que nos permita ser conscientes que estamos en etapas de desintoxicación, de sufrimiento por dejar hábitos culturales, de identificación con la sociedad, etc. El Camino Vegetariano, propone un cambio gradual, que tenga como directriz fundamental, el pensamiento como forma de cambio, y tenga como objetivo despertar la conciencia en apertura con el mundo. Va más allá del plato, la cocina y la mesa, sino que lo que sostiene el Camino Vegetariano, es el cambio de conciencia, impeler a  nuestra mente a despertar la compasión activa. Después, todo viene de añadidura.

 

Siento, que hay mucho que debo hablar, mucho que debo explicar y escribir, sin embargo, iremos abriendo esto de a poco, para ir sintiéndonos aún más protagonistas de un cambio. Mientras, pensemos y sintámonos, con el inconmensurable dolor actual y temporáneo, de miles de animales, que van en vías de ser comidos. Pensemos que somos nosotros.