jueves, septiembre 02, 2010

Cristo perdió la batalla en Valparaíso

En Valparaíso se viven los tiempos finales, un apocalípsis de esta ciudad. Incluso, ya hubo la segunda venida de Cristo Jesús, las trompetas imperiales del reino divino ya dejaron de tocar, acá ni siquiera Satán se interesó en intervenir, Cristo capituló de nada, se fue y no volverá.


En Valparaíso todo se ha vuelto terminal, como un canto de una ballena en el abismo, como maría josefa volviendo desde la luz, todo termina, tal como una espuma en el fin de la cascada. Se abren las calles para germinar la destrucción de sí mismas, para hacer explotar los monumentos y las iglesias, para determinar con un decreto que todo acá se ha vuelto infertil, espurio.


Las bicicletas, los carretones, no entrarán nunca en los museos, en los patios de los porteños, porque pareciera que ya se hubiesen ido hace décadas, ni siquiera dejaron una notita en el velador, con suerte una lata de gaseosa añeja como rememorando la globalidad de las decisiones.


Ni putas quedan en este puerto de colores dantescos porque firmaron un convenio de existencia mortuoria, se llevaron los rojos y las tetas, la cueca y la trenza, para fundar una nación en algún lado del mundo, para escapar de esta república agria, amarilla y biliar.


En Valparaíso, la luz ya no ilumina sino que hace testimonio de sí misma. Los buques no recalan porque es ya mucho el llanto, los ascensores quedaron como una postal, las autoridades parecen un mal chiste, y los volantines quedaron ahí como pegados en el viento, mientras que el viento ni un hálito.


Valparaíso se ha vuelto la palabra perdida de Chile.

miércoles, septiembre 01, 2010

La intrincada mente. "El Origen" de Christopher Nolan


Dom Cobb (Leonardo Di Caprio) es un experto en seguridad subconsciente, en el intrincado mundo del espionaje corporativo. Es un hombre perseguido por sus propios sueños y temores, como también por la ley y sus empleadores, en una sociedad tan contemporánea que nos identifica como propia. Cobb tiene una meta, que es volver a reunirse con sus hijos, para refundar una vida de aparente normalidad. Para ello deberá asumir un último trabajo, sumamente difícil y con costes imprescriptibles. Ingresar a la mente de un heredero millonario, para originar una idea determinada, en el mecanismo de interceptar sus sueños.



Largometraje de dos horas y veinte y ocho minutos de duración, son utilizadas para explicitar la compleja trama que implica una verdadera dramatización de los complejos procesos de la mente, presentándonos distintos niveles de la realidad, como una forma de cuestionamiento ontológico del sujeto humano.



The Inception, tenía todo y cada uno de los elementos para situarse dentro de las mejores películas de la década de la industria hollywoodense. Una actuación sobresaliente, progresiva y compleja ante una carga tan inmensa que es interpretar una trama de tamaña envergadura. Efectos especiales sumamente bien puestos en su lugar, con detalle, con hermosura, sin caer en estridencias. Un escenario surreal muy sugerente que invita a convencerse que la mente lo es todo en la inmensa capacidad humana de la creación. Un Director temerario, que aplica complejidad donde deben estar, abordando con dominio el mensaje que pretende hacer llegar.



No obstante, la película falla en el Guión. Nolan cae en la mediocridad de sobrevalorar la historia, de creer que la complejidad mental de los protagonistas son necesarios para explicarlo todo, pero a su vez permite que el espectador, comience a descifrar cada una de las partes de la historia con mucha antelación, realizando obvias puestas en escenas, innecesarias, incluso absurdas.



A Nolan una gran dosis de coraje le hubiese venido bien. A ver dado una vuelta en U, haber realizado un giro sorprendente en la historia, habernos presentado un desarrollo tenaz del verdadero y gran tema, la realidad, la construcción mental, el sujeto y su consciencia. Pero no, nos presenta una historia que a la hora ya sabes que viene, pero que por entretención, decides quedarte sentado. Más encima, nos presenta un final absolutamente predecible, que salva sólo por dos últimos segundos de la escena.



Una película aconsejable, pero sin mayores horizontes de grandeza.


http://www.youtube.com/watch?v=bkJaWzaivqM