jueves, abril 26, 2007

El triste panorama de las Universidades estatales en Chile


El capital gana por partida doble. Y se lleva todos los dividendos.

Posterior a la dictadura del General Pinochet, la Concertación mantuvo muchos de los parámetros de economía política del régimen militar. Aparte de las continuas privatizaciones, que ha empeorado el nivel de los trabajadores, la educación superior estatal pública ha empeorado.

El Estado de Chile no financia a las Universidades públicas, que son de primer nivel. Sin embargo, este nivel irá cada vez más, yéndose al tacho de la basura, con el arrebato de las Universidades privadas. Es de todos conocidos el deterioro enduedamiento monumental de la Universidad de Chile, Universidad de Valparaíso, Universidad de Playa Ancha, Universidad de Talca, y muchas otras.

Aquellas universidades deben aplicar medidas que atentan contra la visión de universidad. No pueden financiar proyectos de investigación, tampoco pagar jornada horas a profesores para el mantenimiento de la academia y el estudio concienzudo. Esto se traduce en el mantenimiento de un nivel universitario cada vez más mediocre. Los profesores ya no hacen cátedras, ni mucho menos tienen oficinas para atender a sus alumnos.
Se basurea la labor docente, y se denosta la misión investigadora fundamental para el mantenimiento del pensamiento.
A su vez se aumentan los cupos de cada carrera. Hoy vemos como tradicionales carreras de no más de 30 cupos, poseen hoy entre 80 y 100. Dos cosas: ingresan a ella, jóvenes de un nivel intelectual bajo, con un interés cero por el verdadero desarrollo académico que corresponde, y por otro lado se comienza a sobrepoblar el mercado de profesionales con cinco años de estudio, para trabajos como cajeros del BancoEstado o el BancoSantander (con mayores rentabilidades en el 2006).

A eso debemos sumarle muchas cosas más. Los funcionarios no son contratados, por lo que deben boletear, y por lo tanto, no son parte de la institución universitaria. Sus sueldos son denigrantes, y sus condiciones laborales, distan de una institución pública.
Los estudiantes deben lidiar con la subida de aranceles año a año, con el recortamiento de becas y crédito, y con situaciones indignas de comodidad e higiene.

Sencillamente: no hay plata.
Preguntele a sus Rectores, a sus Decanos o Directores de Institutos o Escuelas. Sus respuestas son reiteradas: no hay plata.
El Estado ha sido un irresponsable. Sus gobernantes: unos papagayos idiotas.
Sus electores: unos ignorantes continuos.

El problema, señores, no es de la gobernación rectora de cada univerisidad. Estos, nada más, realizan operaciones de salvataje acrobático, al administrar 40.000 millones de pesos anuales, cuando el "costo" de la docencia, es de 50.000 millones anuales. Cada años los préstamos con subidos intereses son utilizados como salidas momentaneas para ver si pasa algún milagro desde el gobierno.
Por esto mismo no hay investigación, no hay debate, no hay cultura. Se restringe lo fundamental, ya que el mercado "acecha tanto que nos devora". Por lo tanto NO HAY UNIVERSIDAD.

Vivimos hoy en día en la muerte sistemática de las Universidades públicas, y por consiguiente deberíamos en un plazo no tan cercano, aferrarnos a la educación privada confesional, segmentada, o con notables fines de lucro, con todos sus oscuros canales que les implica.

Hago propio lo que el Consorcio Universidades del Estado de Chile publica a manera de protesta: "Para que una institución aspire al financiamiento público debe ser pluralista, tolerante y considerar todas las ideas como partícipes del debate sin excluir ninguna. Si, en cambio, se trata de una Universidad confesional, con una adscripción religiosa o ideológica, o establecidas con espíritu o finalidad de lucro, cualquiera sea el subterfugio elegido para ello, por legítimo que sea, entonces carece de razones, bajo este respecto, para reclamar financiamiento con cargo a rentas generales de la nación."

Es increíble, pero el Estado, con los fondos de todos los chilenos entregan dineros a instituciones privadas, mientras que deja a las instituciones públicas en franco deterioro, dejación abierta, y en crisis institucional programada.

Insto a demandar al Estado de la República de Chile ante las Cortes Internacionales, por irresponsabilidad de sus gobernantes y autoridades legislativas, al coartar el libre desempeño de la educación pública, y de paso limitar el derecho a la educación de jóvenes de todo estrato social que optan por una institución plural y tolerante.

Basta con la injusticia. Basta con el mal uso de las arcas públicas. Ahora ya, la reforma al sistema universitario público, y un refinanciamiento total de la administración de estas.

S.E. Presidente de la República, Michelle Bachelet: "Si tanto ñeque tiene, dese cuenta que se ha fusilado la Universidad pública. Dese cuenta que el mercado aplastará las consciencias."

Exigo desde esta diminuta tribuna, una respuestas de todos ustedes.

UNIVERSIDAD PÚBLICA ESTATAL AHORA O NUNCA!