Muchos se deben preguntar quién es Obama en esta carrera presidencial de los Estados Unidos. Y por otro lado, muchos deben preguntarse cómo hizo para ganarle en los caucus de Iowa al clan Clinton. Es verdad, sólo es un paso, un peldaño en todo el proceso de primarias eleccionarias para ganar la proclamación presidencial del partido Demócrata. Pero muchos coincidimos que es un fenómeno. Porque analistas, comentaristas, y columnistas, sumado a las encuestas, daban por ganada la carrera a Hillary Clinton, y daban por asegurada la idea de la primera mujer asumiendo el poder de Estados Unidos.
Barack (46 años), nació en Honolulu, Hawaii, y es hijo de un economista keniano de Harvard y de una estadounidense blanca. Vivió parte de su niñez en Indonesia, marcando su vida, al estar en contacto con una sociedad subdesarrollada y musulmana. Estudió Ciencias Políticas con mención en Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia, donde se destacó por sus trabajos comunitarios en la parte sur de Chicago. Posteriormente se dirigió durante tres años para estudiar Derecho en la Universidad de Harvard, donde fue electo como el primer afroamericano Presidente del Harvard Law Review, graduándose con magna cum laude. Posteriormente volvió a Chicago, donde trabajo en una Consejería Jurídica de Derechos Civiles, y en trabajos comunitarios con los sectores marginados. Ahí conoció a Michelle, su actual esposa, que era una activa defensora de la inclusión social, y que también había estudiado en Harvard, a pesar de su origen pobre. En 1996, fue elegido Senador en la Asamblea General de Illinois, representando a Hyde Park, y fue considerado desde ese momento como un liberal convencido. Saltó a la esfera nacional en el 2004, cuando ganó en la primaria demócrata para la nominacion de la Senaduría nacional, teniendo como contrincante en su propio partido a Hull y Hynes, hombre de negocios e interventor respectivamente. Ganó la Senaduría con un 70% de los votos, contra el 20% del representante republicano.
Barack Obama, no es un político común y corriente. Es franco y persuasivo al enfrentar a los votantes, y no cae en el error de hablar con estereotipos y superficialidades, por lo que lo no se cansa de luchar por sus convicciones a pesar de ir contra la corriente. Defiende a la comunidad negra, reconoce el pasado doloroso pero él es claro: el sistema debe ser tan inclusivo como exitoso, así que la comunidad negra tiene las herramientas para erigirse a niveles de vida decentes. Trabajar y más trabajo, emprendimiento, innovación e inclusión para la comunidad negra, al igual que hispanos e inmigrantes. Por eso está en contra de la deportación de 12 millones de inmigrantes, y ofrece la documentación progresiva de estos, además de ofrecer protección social, y derechos civiles. Su discurso tiene fortalezas conceptuales claras: solidaridad social, reconciliación, igualdad de oportunidades, apertura social, lucha contra los privilegios, el abuso y el favoritismo.
Por otro lado, Obama ha estado desde el principio en contra de la Guerra de Irak (el único de todos los precandidatos demócratas y republicanos), pero es pragmático y realista. El retiro de las tropas debe ser gradual, y mediante concesiones al gobierno de Irak, para evitar el caos o posibles crisis políticas internas en el país de medio oriente.
Clinton ha sido feroz con Obama. Ha dicho que no tiene experiencia ejecutiva, que no representa a la totalidad de los estadounidenses, y ahora ha dicho que el país debe conocer quién es realmente Obama y qué realmente quiere decir. Pero Clinton está fallando en su estrategia. 22 millones de dólares fue la recaudación que ella recibió, pero de pocos y poderosos donantes, mientras que los 32 millones de Obama, son de 258 mil donantes de clase media y pequeños ingresos, y del mundo artístico cultural. La estrategia de Barack Obama fue que 9.500 voluntarios llamaron por teléfono, e-mails, y puerta a puerta haciendo precampaña. Pareciera que los feroz que es Hillary, le ha pasado la cuenta: terminó tercera en los caucus de Iowa.
Estados Unidos, al parecer, está en una crisis de ánimos. Posterior al gobierno de un político poco cuerdo, mediocre y violento, los estado de ánimo son de baja autoestima. Estados Unidos es menos querido en el mundo, existe un sesgo cultural contra toda la cultura norteamericana, Europa está cada vez más lejos de Estados Unidos, y no hay quién no critique la Guerra de Irak, sumado que dentro del país ya está desacreditada. A eso, Estados Unidos, necesita un líder que trascienda la coyuntura, construya un nuevo horizonte bajo la nueva situación social del país, sea genuino y veraz en el discurso, y transmita un mensaje de esperanza. Que nuevamente de seguridad en el sistema político y económico, pero que diseñe políticas solidarias para enfrentar la marginación de inmenos sectores de la sociedad. En estos momentos sólo Barack Obama, es quien enfrenta inmenso desafío, con realidad y optimismo.
El 8 de enero es el nuevo escalón de las primarias con las elecciones en New Hampshire, que según los analistas, es determinante para quien quiera ganar la Casablanca. Veremos con intensidad si el discurso de Obama, y todo lo que él implica, tiene la fuerza para prevalecer.
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