Hemos escuchado, visto y presenciado en los medios de prensa un debate sobre el término progresista.
Primero que todo, no sólo es un término, sino que un compendio ideológico en la modalidad ecléctica. El progresismo se ha alimentado de ideas que provienen del liberalismo, el socialismo, la socialdemocracia, el socialcristianismo, y ahora, en el siglo XXI de los aportes del altermundismo, el ecologismo y el humanismo.
De este modo que como primera afirmación debemos sostener que el progresismo está en la vereda opuesta del conservadurismo, el corporativismo, el neoliberalismo, y las corrientes nacional populares.
A continuación vendré a explicar esto.
El progresismo viene desde los comienzos de la Revolución Francesa, estipulando a aquellos que estuvieron a favor de las libertades individuales, la solidaridad social, la igualdad y la justicia y el fin de los privilegios.
De esta forma el progresismo fue vinculado ideológicamente al socialismo utópico en el siglo XIX, como asimismo a la lucha de las Revoluciones Liberales de origen social de ese siglo, que buscaba eliminar el Antiguo Régimen, como también las democracias protegidas y circunscritas a las elites empresariales y nobiliarias.
Posteriormente en el Siglo XX la Socialdemocracia Europea abogó por políticas progresistas que apuntaban a aumentar la democracia representativa, profundizar las libertades individuales, vincular la protección a los sindicatos y organizaciones sociales, y crear un Estado de Bienestar que protegiera la vida comunitaria de la acción colectiva. De este modo, el Partido Laborista de Inglaterra fue el insigne representante de las políticas progresistas al comenzar el siglo, en contraposición con el Partido Conservador de ese mismo país, que abogaba por la vida individual, la protección valórica de la familia, el fortalecimiento del sistema de la época y un rol preponderante de una oligarquía.
A correr la historia el neomarxismo de la Escuela de Frankfurt, posibilitó la renovación de las estrategias políticas de los Socialismos y Comunismos, al mismo tiempo que se provocó un progresismo con carácter social y de urgencia. En consecuencia las corrientes socialcristianas en su versión del cristianismo como liberación de las masas ante la opresión, aportó valiosas ideas al Progresismo, como también el valor de los ciudadanos aspiracionales para la construcción de una sociedad meritocrática.
Hoy el Progresismo se ha renovado pero sostiene ante todo las diferencias diametrales con el Neoliberalismo, que defiende la vida individual, la familia como núcleo social, y un Estado disminuido y ejecutivo.
El progresismo hoy apunta a defender las libertades civiles, los derechos económicos, sociales y culturales, la creación de un Estado de Derechos que propenda a una vida comunitaria democrática, como al mismo tiempo el sostenimiento de profundas reformas estructurales que propendan a mayor democracia, autogestión civil, cultura popular y arte con acceso universal. Ha incorporado la lucha también las libertades sexuales, derechos reproductivos, ecologismo, multiculturalidad, derechos de inmigrantes, empresas de trabajadores, asociación civil libre y desburocratizada, etc.
El progresismo, en general, es una posición diametralmente opuesta a la centroderecha en cuanto, primero, se sostiene como eje sostenedor de la sociedad la vida comunitaria. Se cree que la vida comunitaria es mucho más importante que la vida individual. La vida comunitaria crea participación social, crea democracia y esa democracia tiene que, aparte, sostenerse con un Estado que tenga protección social, que otorgue igualdad de oportunidades y un Estado que otorgue iniciativas tanto empresariales como de acción social. Por tanto, los progresistas se la juegan por la recuperación de lo público: es ahí donde se crea un País.
Es por eso que el Progresismo sostiene las ideas de Cultura Comunitaria en los valores de fraternidad, solidaridad y responsabilidad de los ciudadanos, para la creación de redes sociales de construcción de la realidad material y que de esta forma se supere las contradicciones entre el capital hegemónico y las fuerzas del trabajo.
En las fuerzas políticas el progresismo es uno sólo. Es aquel que trabaja políticamente por más democracia, más justicia social, desarrollo humano, una economía solidaria y emprendedora. El mapa está claro. Aquellos que dicen ser progresistas no pueden abogar por centralización, democracia protegida, tutela empresarial, avasallamiento de lo público por lo privado, o la vigilia moral de los conservadores.
jueves, enero 14, 2010
El Progresismo: Alcances históricos e ideológicos
Publicadas por Alberto Cecereu a la/s 1:35 p. m.
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1 comentarios:
Excelente la definición de Progresismo. Bastante útil para clarificar su origen, esencia y significado en estos días que tan tergiversada y manoseada está la palabra.
Saludos!
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