lunes, marzo 15, 2010

La maravilla de una buena historia: El Secreto de sus Ojos






Una imagen que imprime un horror. De esa forma es que el punto central de la trama de la película El Secreto de sus Ojos, se vuelve una y otra vez, como un eterno retorno, a compenetrar la vida de cada uno de los protagonistas.



Esta cinta, ganadora del Premio Oscar a Mejor Película Extranjera, está cubierta de temor, miedos y suspiros que detienen al espectador a una experiencia cubierta de incertidumbre. Dirigida por el argentino Juan José Campanella, puede ser considerada una obra maestra del cine mundial, ya que sin dificultades nos transmite un guión extraordinariamente escrito y que logra decirnos, cuánto es lo que nos pesa el pasado, y que con ese peso, no podemos construir un futuro de esperanzas.



El Secreto de sus Ojos, es la historia de veinte y cinco años de duda de un funcionario judicial, Benjamín Expósito, que se enfrasca en investigar un crimen, donde se entrelaza lo peor del ser humano, junto a corrupción y manejo político, el amor de dos entre fojas judiciales, y que enseña que la amistad – escasa, por cierto – es un valor que cuando nos deja duele hasta marcarnos.



Con una iluminación asertiva y una dirección de fotografía intimista, se logra contar un thriller que combina humor negro, una historia de amor que logra la identificación inmediata con el espectador, y la configuración progresiva de los personajes que logra otorgarnos un final, en palabras del mismo Director, “inevitable e inesperable”.



El máximo logro de Campanella es que nos entrega el resultado de un trabajo limpio, que no contamina con política nostálgica, a pesar de soslayar una crítica soterrada al sistema de los años 70. Vuelve a El Secreto de sus Ojos, una obra universal, directa, y sin preámbulos para encantarnos con una historia de llantos y sonrisas.



Es una película imperdible, maravillosa y necesaria en tanto, realza la importancia de la palabra coloquial y el encanto del diálogo de dos pupilas inquisitivas que nos cuenta su particular narración del mundo.

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